Niña en sus ojos Reina en su tierra

Capítulo 201



Capítulo 201

Siguiendo las coordenadas que Jazmin le mandó, Elio llegó una hora después a la Farmacia de La Cruz.

Al bajarse del carro, se dirigió hacia la entrada principal de la farmacia.

El empleado que lo recibió notó de una su aire distinguido y, aunque siguió el protocolo con cortesia, le preguntó: “¿Viene a recoger medicinas, señor? ¿Tiene cita previa?”

Elio entrecerró los ojos: “No tengo cita, vengo a buscar a alguien.”

“¿A quién busca, señor?”

“Busco a Jazmin, supongo que todavía está por aqui.”

A la Srta. Jazmín? Por aqui, por favor, yo lo llevo.”

El empleado, ya de por si amable, redobló su cortesia al saber que Elio buscaba a Jazmin.

La Farmacia de La Cruz era un lugar amplio, y aunque algunos detalles de su decoración no podian compararse con la casa de la familia Real, su diseño de jardin era de los más logrados.

Al avanzar por el interior, se encontraban con puentes sobre arroyos y jardines

terrazas.

El empleado guio a Elio por un sendero bordeado de duraznos y luego por un puente de piedra, hasta llegar a un rincón oculto por rocas artificiales, donde le indicó en voz baja: “La Srta. Jazmín está en el quiosco, puede pasar.”This is property © of NôvelDrama.Org.

Elio le agradeció por su cortesia y al levantar la vista, la vio de inmediato sentada en el quiosco.

Su rostro se veía delicado y radiante, su piel era brillante bajo el sol, incluso sin maquillaje, era una belleza impresionante.

Ella apenas tenía dieciocho años, todavia era muy joven

Elio no podia imaginar cuán hermosa sería en unos años.

En unos años, Jazmin seguramente se convertiria en una mujer cuya belleza haria que muchos hombres cayeran a sus pies. Desde fuera del quiosco, con su mirada profunda fija en la joven, se detuvo unos segundos antes de dirigirse hacia ella.

En el quiosco.

Jazmin, con una pieza de ajedrez en su mano y con una sonrisa en los labios, miró a Mauricio frente a ella, quien no paraba de secarse el sudor, y luego movió con gracia su alfil en el tablero.

Con esa jugada, Mauricio se quedaba sin opciones.

Un hombre que había jugado ajedrez durante décadas y ganado varios premios nacionales nunca hubiera imaginado perder ante una chica de apenas dieciocho años

Al principio, jugó despreocupadamente, sin tomarla mucho en serio.

Una niñita de dieciocho años, ¿qué tanto podría saber de ajedrez? Probablemente solo sabía lo básico.

Incluso consideró dejarse perder a propósito para hacerla feliz.

Pero pronto…

Mauricio se dio cuenta de lo equivocado que estaba.

La niña que pensó que apenas sabia lo básico era tan hábil que, incluso después de esforzarse al máximo, no pudo cambiar el resultado inevitable de su derrota.

Y no solo iba a perder, sino que sería una derrota humillante

Sus esfuerzos por resistir solo servian para no perder tan mal.

Al ver el tablero, Mauricio se dio cuenta que ella le habia–dado jaque mate. Suspiró y dejó caer su rey en el tablero.

“Srta. Jazmin, he perdido esta partida. Su habilidad en el ajedrez y su ingenio son superiores a mi, me rindo ante usted.”

Ello entró al quiosco justo a tiempo para ver a Mauricio admitiendo su derrota ante Jazmin.


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