Capítulo 89
Capitulo 89: ¿Todavía Quieren Quedarse?
La dama se quedó visiblemente sorprendida al escuchar esto.
-¡Seguramente ser falso!
Marc le había asegurado que todas las joyas que le dio eran falsas. Marc no podia estar engañándola!
Valentina observó su reacción.
-¿Por qué no dejamos que un experto lo verifique y aclare si son verdaderas o falsas? ¿Acaso temes llevarlas a una evaluación?
-¿Quién teme? ¡Que las evalúen!
La dama miró a Valentina con una confianza desbordante.
Preocupada por cualquier truco que Valentina pudiera usar, inmediatamente ordenó a su guardaespaldas guardar las joyas y el contrato de compra.
-Entonces, para ser justos, cada una de nosotras traerá un experto en joyas. Nos reuniremos en dos días en el Grand Hotel de Coralia para hacer la evaluación cara a cara–sugirió Valentina.
La sonrisa en sus labios hizo que la dama se sintiera insegura sin motivo.
Pero después de pensarlo, la dama no veía cómo Valentina podría engañarla.
-Está bien.
Después de aceptar, la dama se fue con las joyas. Aún insegura, llamó a Marc.
-Señor, ¿su hija no estará planeando algún engaño?
Le contó todo lo sucedido. Marc no se preocupaba en lo más minimo por Valentina.
-Ella es algo astuta, pero en dos días, es imposible que reproduzca esas joyas exactamente igual. ¡Ni siquiera debe recordar todos los diseños!
Si se prueba que las joyas son falsas, no podrá negarlo.
-No te preocupes, cumpliré mi promesa de darte el diez por ciento de los cien millones.
La dama finalmente se tranquilizó.
+15 BONOS
En Starlight Joyas.
Después de que la dama se fue, el silencio reinaba en la oficina.
Jefa, ¿esas joyas son realmente falsas? -Dante tenia un mal presentimiento.
Todos miraban a Valentina con la misma duda,
-Son falsas -dijo Valentina con voz tranquila.
Todos se desanimaron al instante.
-¿Y ahora qué hacemos? Cuando las evalúen, tendremos que pagar.
-Jefa, estaba por informarte que en la cuenta de la empresa solo hay unos pocos cientos de miles de dólares en efectivo…
Valentina no parecia demasiado sorprendida en ese momento.
Como si cualquier mala noticia fuera lo esperado.
-¿Y ahora qué hacemos? -Giselle preguntó, sus ojos llenos de preocupación.
Valentina miró al grupo y, sorprendentemente, una sonrisa se dibujó en su rostro.
-¿Todavia quieren quedarse?
Un silencio se cernió en el aire por un momento.
Tras intercambiar miradas, fue Giselle quien rompió el silencio.
-Por supuesto que nos quedamos, aún tengo mucho que aprender de la jefa.
-¡Claro, -Dante agregó rápidamente-, las decisiones tomadas no se cambian asi nomás!
-¡Yo me quedo pase lo que pase! -exclamó Teodoro.
-Si, jefa, ¡no pienses en deshacerte de mi! -asintió Rodrigo.
Sonrisas iluminaron sus rostros bajo el sol resplandeciente.
El corazón helado de Valentina se sentia inusualmente cálido en ese momento.
Ya sabía que Marc había hecho más que simplemente retirar al personal. Starlight Joyas probablemente estaba en ruinas por su culpa.
Y lo que le esperaba a ella eran innumerables incógnitas.
Pensando en la evaluación de joyas que tendría lugar en dos dias, Valentina preguntó con una
+15 BONOS
Giselle, puedes identificar la autenticidad de las joyas?
Si tengo formación en tasación de joyas -respondió Giselle.
Valentina asintió.
Bien, ve entonces y comprueba la autenticidad de los materiales en el inventario.
Voy enseguida! -Giselle se apresuró a cumplir la orden.
Valentina también instruyó a Dante.
-Cierra todas las tiendas sucursales inmediatamente y verifica la autenticidad de las joyas en
venta. This text is property of Nô/velD/rama.Org.
Ella no estaba segura de hasta dónde llegarian los artilugios de Marc.
Lo que debla hacer ahora era no solo responder, sino también prevenir.
Entendido, jefal -Dante aceptó la orden.
No mucho después, Giselle regresó, visiblemente angustiada, para informar:
Todo es falso, jela. ¿qué hacemos?
Valentina ya no se sentia sorprendida por ese resultado.
Marc habia jugado sus cartas de manera implacable.
Pero ella necesitaba enfrentar la evaluación en dos días y requería esas joyas inmediatamente.
De repente, la elegante y apuesta figura de Alonso cruzó su mente.
En la celebración de aquel dia, ella y el señor Valenzuela intercambiaron números de teléfono.
Tras una breve duda, Valentina llamó nerviosamente…
En el bar Noche Estelar, Alonso vio “Valentina Lancaster» aparecer en la pantalla del teléfono y. casi por instinto, miró a Santiago, sentado frente a él.